¡¡¡Bienvenidos!!!

Gracias por tomarse la molestia de comentar. Un saludo a todos.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Q.D.E.P. SILVIA VARGAS ESCALERA

Mi más sentido pésame a la familia Vargas Escalera por el deceso de su hija. No puedo expresar el dolor que me causa la muerte de su hija. Le ruego a Dios y a su Santísima Madre que los llene de fortaleza, consuelo y paz. Ella ya está gozando de la Gloria del Señor, de la Visión Beatífica. Dichosos los que creemos y sabemos del Reino del Señor, pues la esperanza de volvernos a reunir con nuestros seres queridos siempre es un consuelo en medio de la prodredumbre del mundo.

Q. D. E. P. SILVIA VARGAS ESCALERA

Yo como muchísimos mexicanos, me uno a la pena que embarga a su familia. Hay mucha gente de bien unidos a ustedes en este momento, rezando y suplicando que el Señor les conceda su Santa Paz.

"El mal es ruidoso, el bien silencioso." Pero la gente de bien ahorita hace ruido y se une a ustedes.

Rodolfo de Habsburgo

domingo, 30 de noviembre de 2008

Parusía

Es impresionante. Hace unos cuantos años (2 o 3), cuando escuchaba de la venida de Cristo y del fin del mundo, yo pensaba: "Que no sea ahorita, por favor... todavía no acabo de descubrir todas mis potencias. Ni siquiera sé todavía si voy a ser un buen abogado..."

¡Qué tonto! ¡Qué egoísta! No entendía la profundidad de la parusía, de la segunda venida de Cristo. Hoy entiendo... ¿¡Qué más se pude desear!? Se acabarían todos nuestros malestares y vendría la era de la Paz.

Pero no, aunque pareciera que es necesario que llegara el Salvador de nuevo, creo que al mundo todavía le falta una purificación. Los tiempos de Dios no son nuestros tiempos. Para Dios no hay tiempos. Para nosotros sí... y toca en estos tiempos, especialmente en este tiempo de Adviento, preparárnos para lo siguiente:

-No sabemos si la venida de Cristo llegue ya. En todo caso, es una época perfecta para permitirnos que nazca en nuestros corazones la única fuente de Vida, nuestro niño Jesús. ¿Qué mejor que recibir al Señor en su segunda venida teniéndolo ya anidado en nuestra alma?

-Si bien no llegara la segunda venida de Cristo en estos días, la vida no la tenemos comprada. ¿Qué mejor que dejar que el Señor nazca desde hoy y para siempre en nuestros corazones para que estemos preparados para comparecer ante Él cuando llegue nuestro momento?

El que tenga oídos, que oiga.

La Teoría del Amor

Después de no escribir durante mucho tiempo quiero volver a hacerlo. No sé realmente qué escribir, sólo quiero sentir el golpeteo de las teclas bajo mis dedos, ver aparecer letras en la pantalla y leer, ya plasmado, lo que siento.

Es curioso. Este año ha operado en mí un cambio total: pasé de ser el niño que vivía en su mundo flotante a ser un "alguien" más en la vida real. Un "alguien" que tiene nuevas herramientas. Las herramientas que este orbe requiere para poder ser modificado. Jajaja. El problema es que todavía no aprendo a utilizarlas bien. Y eso es un poco desesperante, porque te sientes inútil (ese será tema de otra entrada).

Y esto viene a colación por lo siguiente: desde que empecé a adquirir estas nuevas armas el viejo yo se ha ido reduciendo, ha ido desapareciendo. Empiezo a adquirir una seguridad nueva, una sensación distinta del "mi mismo" en la realidad. Pero me pregunto, ¿a qué precio?

Releyendo mis viejas entradas recordé lo que sentía cuando las escribí. Recordé el sentimiento que me hizo querer plasmarlas para la posteridad (y para el público). Pero me di cuenta de que esos sentimientos ya no están ahí. Es como si fueran pergaminos guardados en la biblioteca de mi memoria. Doble significación tiene esto: esas emociones son viejas y forman parte de mi memoria... ya no de mi sentir. Vale, lo que quiero decir es que ya no los siento. Y me impresiona recordar cómo me sentía y ya no sentirme así.

Me pongo a pensar: ¿Qué es lo que ahora siento? ¿Qué sentimientos llegaron a ocupar el lugar de los antiguos? He ahí el problema... Haciendo un repaso por mis emociones puedo identificar la mayoría: sigo preocupándome, sigo sintiendo tristeza, algunas veces nostalgia, sigo sintiendo alegría e ilusión por viejas y nuevas cosas. Y así sucesivamente. Pero llego a un punto que me angustia. ¿Y el amor? ¿Dónde quedó el amor?

La mayoría de mis entradas fueron escritas por el amor y por la melancolía. Pero por más que trato de encontrarlos en mi ser, por más que trato de traerlos al frente y que de ellos salgan nuevas letras... no los encuentro. Por un lado me alegro que la melancolía no aparezca, aunque debo de reconocer que es una aliada bastante útil en el ánimo creativo. Mas regresando al amor, a ese sí no lo encuentro.

Es como si mi corazón hubiera dejado de latir. ¿Qué es el amor? ¿Cómo se siente? ¿Qué es estar enamorado? ¿Alguna vez realmente lo estuve? Y me pregunto todo esto pues, aunque racionalmente sé la respuesta, mi emotividad me la niega. Es como si lo hubiera olvidado. Sé que sí estuve enamorado. Sé que sí he sentido amor. Pero, ¿y ahora? ¿Ahora qué?

Y eso es lo que me preocupa. Eso es lo que me motivó a escribir esta entrada. No recuerdo al amor. ¿Dónde quedó ese sentimiento? ¿Por qué se perdió? Si yo siempre lo quise tener a mi lado, ¿por qué huyó? ¿Dónde quedaron esas ganas de amar a una mujer más allá de todas mis posibilidades? ¿Dónde quedaron las ganas de tenerla a mi lado por siempre? ¿A dónde se fue ese deseo de poseer a MI mujer y de hacerle el amor, justamente por eso, por amor? Nótese que no estoy hablando del odiosamente sencillo acto sexual, comúnmente llamado Sexo. No, sino esas ganas irremediables de estar unido en todos y cada uno de los ámbitos con ella. Y de esperarla. Esas ganas de decirle: "Te amo tanto que quiero tenerte por completo, pero también es tanto mi amor que he de respetarte hasta que llegue nuestro momento." ¿Dónde quedó todo eso?

Pues al parecer, todavía queda algo del recuerdo en mi mente. Pero sólo la teoría. La teoría del amor. ¿Y la práctica? ¿El sentimiento como tal? Ese sigo sin encontrarlo. Y ansío hacerlo. Ansío que llegue aquella que me haga traer al frente otra vez todo lo que acabo de escribir. Todo eso que me sé como si lo hubiera aprendido para un examen... pero que ya en la práctica no lo puedo aplicar.

Y todo esto se relaciona con la pregunta que hice anteriormente. Me estoy preparando para este “binomial” mundo: maravilloso y maldito a la vez. He adquirido nuevas herramientas (que las sepa usar o no es otro problema.; vale, para eso estoy estudiando y trabajando). Pero llega la pregunta del millón: ¿a qué precio? Pues parece ser que al precio de tener que olvidarme del amor (inconscientemente). Mas me niego a creer eso, aunque sea una realidad. Es triste, sí. Es por ello que deseo que llegue ELLA. Que llegue la que me derrumbre toda esta desgraciada teoría. La que me haga que valga la pena estar adquiriendo toda mi preparación, todas esas herramientas.

Por último me dirijo a ti, mujer: ¿Qué no te das cuenta, tú que estás escondida, que todo lo que estoy haciendo es para poderlo compartir contigo por el resto de nuestras vidas? ¿Que de nada me serviría ser el mejor si no es por ti? Entonces, ¿por qué no llegas? ¿Por qué te escondes? ¿Por qué no apareces para volver a inflamar ese sentimiento en mí y así poder llegar más y más lejos: por ti y siempre por ti?

Vale, no quisiera pensar que tu excusa es la siguiente: no llegas a mi vida para no distraerme en mi aprendizaje. Pero, ¿qué no te das cuenta que para mí esa no una excusa, sino que justamente eres tú lo que necesito para que mi preparación tenga sentido? En fin, si de todas formas has de mantener esa postura y no aparecer por el momento en mi vida, te respeto, como he de respetar todas tus decisiones, aunque todavía no te conozca.

Y al final, ¿qué me queda sino esperar? Confío en que llegará aquella a la que van referidas las anteriores líneas. Y por el momento, me tendré que conformar con la teoría… y reforzarla, para que cuando llegue el tiempo adecuado, la pueda aplicar y así ser feliz [con ELLA, por ELLA].

viernes, 23 de mayo de 2008

El León

No hay tal cosa como un Rey Pedro, una Reina Susana, un Rey Edmundo o una Reina Lucía. No existe una tierra mágica, ni animales que hablan. No existen las dríades, hamadríades, faunos, minotauros, centauros, náyades ni ninfas. No se salvaron de las arenas del tiempo las grandes batallas con sus actos caballerescos. Ahora todo es una realidad pareja, simple, agobiante. Ahora todo es lo mismo, todos somos iguales.



Salvo por el León, aquel glorioso León. Ese, el que existe y el que es, hoy y siempre, un "sido," un "es" y un "será." Véase la forma bajo la que se le quiera ver... Ese León existe y es lo único por lo que vale la pena vivir en este mundo... en este mundo que actualmente es gris, triste; comunitario y solitario a la vez.



Creo o no creo. En el León, tres veces "Gloria" para Él, sí. ¿En lo demás? ¿Por qué vale la pena vivir? ¿Por quién, salvo por el León? Pero el León es ya parte de mi vida... por ese lado, siempre estoy acompañado. Por Él y sólo por Él, vale la pena vivir.

sábado, 10 de mayo de 2008

Mi Reconciliación

He llegado a la conclusión, en estos meses en los que casi no he escrito, de que me arrepiento de muchas cosas que he hecho en el pasado. Y sí, sí me arrepiento. Yo no soy de esos que dice: "Nunca te arrepientas de nada de lo que has hecho." Perdónenme, pero esa postura se me hace una reverenda estupidez, porque al proclamarla para aplicarla a nuestra vida, nos estamos semi-divinizando... nos estamos creyendo perfectos.

¿Qué acaso los errores que cometemos, voluntaria o involuntariamente, no nos repercuten en el futuro? Por supuesto que sí, siempre, como también lo hacen los aciertos. Es estúpido creer que los errores se quedan olvidados en el pasado, pero que los aciertos siempre nos persiguen bañándonos de "bondades" y "buena fortuna" por haberlos llevado a cabo. Es una forma muy cobarde de pensar, es un querer huir de la vida, de escondernos de ella... ese pensamiento es para gente débil que no se atreve a enfrentarse con las afectaciones que sus malas acciones (de nuevo, voluntarias o involuntarias) están causando en su vida.

La postura indicada, a mi parecer, es la siguiente. Yo, ser humano, me reconozco imperfecto… y reconozco que muchas veces en mi vida la he regado. Y esas metidas de pata me están trayendo consecuencias que tengo que cargar ahorita. Pero he ahí que también, al ser un ente racional, puedo enmendar mi camino. Mis errores no me determinan, pero si huyo de ellos cargaré siempre sus efectos… en cambio, si me les enfrento con valentía, con inteligencia, podré destruirlos y componer lo descompuesto. No, no soy un idiota por haber hecho lo que hice, pero tampoco debo negar que estuvo mal. Acepto que hice mal porque no soy perfecto y reconozco que debo reparar el daño.

Ahora bien, reitero lo que dije al principio. Me arrepiento de muchas cosas que he hecho. Esas cosas le han pesado a mi alma durante mucho tiempo… pero no más. No pienso regresar ni dar marcha atrás. He estado en un proceso de curación interno que me ha hecho fuerte. Mi determinación respecto a ciertos asuntos está más sólida que nunca. Y no, repito, no regresaré sobre mis pasos. Ahora soy alguien distinto, con muchos defectos y que seguirá cometiendo errores, pero no los mismos de antes… los que más me han hecho daño. Desde ahora es momento de mirar hacia delante, enfrentando los dragones que haya podido desatar mi limitada inteligencia. Y una vez vencidos, “caminaré mi camino” hacia un futuro más limpio, más luminoso, donde pueda cumplir mis metas, mis sueños, sin ese peso en mi alma… caminaré ligero y caminaré feliz.

Es momento de serme fiel a mí mismo y de voltear mi mirada hacia lo que realmente importa. Pésele a quien le pese, esa es mi decisión… y les pido una disculpa. También le pido una disculpa de corazón, una disculpa desde mi alma, a quién le haya podido hacer daño con mis acciones. Créanme que tengo dos dolores profundísimos y al mismo nivel: el uno, el que yo solo me produje; el otro, el daño que le provoqué a ciertas personas. A quien le quede el saco, que se lo ponga. Yo ya me lo puse y reconozco que hice mal. Trataré de enmendar mi camino con ustedes… pero no me pidan que sea el mismo de antes, porque ya no lo soy. Hoy soy alguien distinto, y hoy soy quien realmente debí de haber sido desde siempre. Hoy mi mirada se refiere a algo más alto que a mí mismo. Y desde hoy procuraré ser feliz por quien soy, trataré de servir a los demás y así alcanzar la felicidad que he ansiado… desde siempre.

jueves, 10 de abril de 2008

La sonrisa de la Virgen

Palabras de Jesús, atribuídas a María Valtorta:

Quien va a María, me encuentra. Quien me pide por medio de Ella, por medio de Ella me recibe. La sonrisa de Mi Madre cuando alguien le dice: "Dame tu Jesús, porque quiero amarlo" hace estremecer los Cielos con un vivo esplendor de alegría, pues se siente feliz Ella. »

sábado, 23 de febrero de 2008

El Viento

El viento la tomó entre sus brazos de nada

Y se la llevó lejos de mí, donde mi materialidad

No la podía alcanzar.

La identidad perdida.

Todo sobre sombras, grises y los árboles.

Me gustaba verla reír, el viento ahora ríe,

Y ella ríe sin mí.

domingo, 30 de diciembre de 2007

A Ti

Sabiéndote de sombras, oscura
no te puedo ver ni en mis cuentos
Pues te escondes en mi locura
Huyendo entre sus tristes vientos.

Voz de mi silencio, amargura
Te vas y vienes con la tristeza
Y como siempre a mi regresa
Tu presencia en mi perdura.

Eres de un recuerdo, la efigie
Oscura sombra de mi mente
Que vienes y vas transparente:
Recuerdo que a mi ser aflije.

¡Vete ya, sombra bendita!
¡Vete ya, recuerdo vago!
¡Ven a mi, querida mía!
¡Muero yo, deseo amargo!

jueves, 6 de diciembre de 2007

Reflexiones Romanas

Esta es una reflexión que me encontré en el libro de "La Columna de Hierro," de Taylor Caldwell... una de muchísimas y excelentes reflexiones. Escogí especialmente ésta porque se me hace muy aplicable a lo que estamos viviendo en estos momentos en México. Por favor, para entenderla, transpórtense a la época de Cicerón, a mediados del Siglo I a. C. Está por caer la República -pasando por la Democracia-, y se avecina el Imperio. Espero les guste:

"Sólo en las repúblicas y en los regímenes despóticos pueden sentirse los hombres seguros; porque en las primeras son libres y en los segundos esclavos. En las democracias, como no son ni libres ni esclavos, corren peligro sus vidas."

lunes, 15 de octubre de 2007

A Tribute to Dad

Hola papá. Hace 16 años no te veo... exactamente hoy 15 de octubre, pero de hace 16 años, partiste para siempre. Partiste y nos dejaste a mi mamá, a mis hermanas y a mí sin tu presencia. Pero fuiste tan bueno que no nos dejaste desamparados. Gracias a tu santo trabajo seguimos mi madre y yo disfrutando de una relativa comodidad económica. Gracias a tu inteligencia y previsión nos diste un sustento que persiste hasta hoy.

Hola papá. ¿Cómo estás? ¿Cómo te va allá arriba? ¿Es tan bonito como dicen? Lo tiene que ser, pues ya estás contemplando lo que todos -los católicos- esperamos ver... a nuestro Señor.
Para ti ya no hay dolor. Para ti ya no hay pena. Para ti ya no hay angustias. Para ti ya no hay lágrimas. Porque lo tienes a Él. Lo tienes a tu lado. Lo tienes para tí. Sin tiempo. Sin límites.

Hola papá. ¿Sigues pensando en mí? ¿Te acuerdas de mí? Porque he de confesarte que yo casi no me acuerdo de tí. Recuerdo el azul de tus ojos... un azul tan intenso que nunca se me borrará de la memoria. También me acuerdo de tus brazos, porque visualizo un determinado momento en que me estabas cargando... pero sólo podía ver tus brazos. En fin... sé que si te acuerdas de mí, porque siempre que te llamo siento tu presencia. Siempre que te necesito compruebo tu interseción y tu ayuda... excepto cuando no cumplo con lo de "ora et labora," ¿verdad? Jaja. Pero se que eso lo haces por mi bien.

Hola papá. ¿Hace cuánto que no hablamos? ¿Desde hace cuánto, so pretexto de haber superado tu partida, no pienso en tí? Perdoname por eso... se que entiendes cuán dura fue tu partida para todos nosotros, y que muchas veces esa es la causa de mi olvido. Pero papá... ¡qué bonito se siente decirlo! Se que sabes que nunca me olvido de ti. Y ahora más que nunca. Papá, papá, papá... ¡Cuánta falta de me haces! No sabes ahora como me gustaría haber recibido dos que tres "cates" de tu pesada mano. Jaja. Obvio, con tu criterio, sólo me los hubieras dado cuando fuera necesario. Se que fuiste en excelente educador en vida... y se que sigues procurando mi bien, aunque ya no estés físicamente presente.

Hola papá. Déjame decirte que, aunque ya no estás aquí, todo está muy bien. Bien, tomando en cuenta que esta vida no es nada comparada con la que tú gozas ya. Mi madre ha sabido llenarnos, en la medida de los posibles, en tu ausencia. ¡Qué gusto que te hayas casado con ella! ¡Hiciste la mejor elección! ¡Cómo Dios planea todo! ¡Dios nos podrá quitar, pero si tenemos fe en Él, nos da el doble! Sé que todo esto lo entiendes tú mejor que yo, porque tú ya conoces lo que yo diario me rompo la cabeza tratado de comprender... los caminos de nuestro Dios. Pero acepto sus caminos y sus decisiones.

Papá. Fue la primera palabra que pronuncié... pero no tuve el gusto de seguirla pronunciando mucho tiempo. Jeje. Trato de estar tranquilo, te juro que trato de entender, trato de aceptar... pero eso no quita que te extrañe. Y conforma pasan los años, hoy 15 de ellos, me pesa un poco más tu ausencia. ¡Ya no estoy intranquilo! Eso lo quiero aclarar. Pero sí, hoy a 15 años, te extraño mucho. Pero me da gusto saber que la vida que viviste aquí fue plena. Me da gusto que todos tus hijos tendemos al éxito en la vida... en gran parte gracias a tí (y también, en gran parte, gracias a mi mamá, ¿eh? jaja). Que todos tus hijos te queremos tanto que no dejamos de echar una lagrimita de vez en vez. Nos dejaste muy establecidos. Nos dejaste muy preparados. Papá, aunque ya no estés, no dejo de agradecer todo lo que fuiste... y lo que eres ahora en tu plenitud.

Papá, te quiero con toda el alma, aunque sólo hayámos compartido tres años de mutua compañía. No dudo el amor que me tuviste. ¡Soy tu hombrecito! Ese que no esperabas. Jaja. Te quiero papá, en verdad te quiero. Sólo te quiero recalcar que aquí sigo, aquí con tu recuerdo y también con tu amor. Sigo bien, con el inagotable amor que me dan mi mamá, mis hermanas, sus esposos y... ¡tus nietos! Papá, sigue tranquilo allá arriba. Te pido me sigas auxiliando en mi vida... ¡es mi única petición! Jaja. Y me la tienes que cumplir, porque a ti ya no te tocaron mis arranques de puberto, entonces es poco lo que te pido en comparación de lo que te hubiera pedido en vida... aunque se que de todas formas me habrías cumplido.

Papá, me despido. Te mando un abrazo hasta allá arriba. Espero te llegue, jajaja. Sigue disfrutando de la compañía de Nuestro Señor. Ya nos tocará volvernos a encontrar, cuando esta, mi vida, acabe y pueda reunirme contigo en el Señor. ¡Adiós, papá! ¡Miss U! ¡Bye!