Por más problemas que hayamos tenido en nuestras vidas... por más fuertes que hayan sido... por más que nos hayan lastimado... no podemos convertirnos en fortalezas inexpugnables para los demás. No todo el mundo es malo. Hay más bien que mal, y nuestra misión como seres en parte divinos y en parte sociales (humanos) es sabes reconocer el bien en la gente y saber aceptar a aquella persona que se nos acerque con el fin de hacernos felices, de transmitirnos su bondad. Gracias a quien lo hace porque se que muchas veces yo también me pongo una coraza dura de atravesar... gracias a los que lo han sabido hacer. Obligación es para quien teme hacerlo abrir una ventana a través de la cual los seres amados podamos disfrutar de la compañía de su persona en los castillo de su morada interior.
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3 comentarios:
La coraza nos la formamos como defensa de este inclemente valle de lágrimas sin embargo, la esperanza la reblandece, la fe nos tiende la mano y así avanzamos.
Una casualidad me ha hecho encontrar tu blog. Me alegra poder conocer una parte de ti que si bien sé que existe, no siempre se deja ver, por aquello de las corazas.
Todos llevamos una pequeña coraza, hay cosas que no le corresponden saber al mundo. La ventaja de las corazas es que podemos elegir quien será el afortunado en mirar lo que el mundo desconoce. Eso nos hace más libres. Quizá, el secreto radique en no tener miedo de las corazas.
¿No les parece que usamos la mayor coraza para los que están más cerca? Le abrimos el corazón a una pantalla en blanco pero guardamos los mínimos defectos de quienes nos rodean o de quienes comparte sangre y vida con nosotros. La coraza nos ayuda a sobrevivir, pero nos impide las alegrías que vienen con dejar todo en el ring.
Te quiero Rodolfo... y creo que a fotómetro la conoces. Pregúntale quién es...
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