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sábado, 10 de mayo de 2008

Mi Reconciliación

He llegado a la conclusión, en estos meses en los que casi no he escrito, de que me arrepiento de muchas cosas que he hecho en el pasado. Y sí, sí me arrepiento. Yo no soy de esos que dice: "Nunca te arrepientas de nada de lo que has hecho." Perdónenme, pero esa postura se me hace una reverenda estupidez, porque al proclamarla para aplicarla a nuestra vida, nos estamos semi-divinizando... nos estamos creyendo perfectos.

¿Qué acaso los errores que cometemos, voluntaria o involuntariamente, no nos repercuten en el futuro? Por supuesto que sí, siempre, como también lo hacen los aciertos. Es estúpido creer que los errores se quedan olvidados en el pasado, pero que los aciertos siempre nos persiguen bañándonos de "bondades" y "buena fortuna" por haberlos llevado a cabo. Es una forma muy cobarde de pensar, es un querer huir de la vida, de escondernos de ella... ese pensamiento es para gente débil que no se atreve a enfrentarse con las afectaciones que sus malas acciones (de nuevo, voluntarias o involuntarias) están causando en su vida.

La postura indicada, a mi parecer, es la siguiente. Yo, ser humano, me reconozco imperfecto… y reconozco que muchas veces en mi vida la he regado. Y esas metidas de pata me están trayendo consecuencias que tengo que cargar ahorita. Pero he ahí que también, al ser un ente racional, puedo enmendar mi camino. Mis errores no me determinan, pero si huyo de ellos cargaré siempre sus efectos… en cambio, si me les enfrento con valentía, con inteligencia, podré destruirlos y componer lo descompuesto. No, no soy un idiota por haber hecho lo que hice, pero tampoco debo negar que estuvo mal. Acepto que hice mal porque no soy perfecto y reconozco que debo reparar el daño.

Ahora bien, reitero lo que dije al principio. Me arrepiento de muchas cosas que he hecho. Esas cosas le han pesado a mi alma durante mucho tiempo… pero no más. No pienso regresar ni dar marcha atrás. He estado en un proceso de curación interno que me ha hecho fuerte. Mi determinación respecto a ciertos asuntos está más sólida que nunca. Y no, repito, no regresaré sobre mis pasos. Ahora soy alguien distinto, con muchos defectos y que seguirá cometiendo errores, pero no los mismos de antes… los que más me han hecho daño. Desde ahora es momento de mirar hacia delante, enfrentando los dragones que haya podido desatar mi limitada inteligencia. Y una vez vencidos, “caminaré mi camino” hacia un futuro más limpio, más luminoso, donde pueda cumplir mis metas, mis sueños, sin ese peso en mi alma… caminaré ligero y caminaré feliz.

Es momento de serme fiel a mí mismo y de voltear mi mirada hacia lo que realmente importa. Pésele a quien le pese, esa es mi decisión… y les pido una disculpa. También le pido una disculpa de corazón, una disculpa desde mi alma, a quién le haya podido hacer daño con mis acciones. Créanme que tengo dos dolores profundísimos y al mismo nivel: el uno, el que yo solo me produje; el otro, el daño que le provoqué a ciertas personas. A quien le quede el saco, que se lo ponga. Yo ya me lo puse y reconozco que hice mal. Trataré de enmendar mi camino con ustedes… pero no me pidan que sea el mismo de antes, porque ya no lo soy. Hoy soy alguien distinto, y hoy soy quien realmente debí de haber sido desde siempre. Hoy mi mirada se refiere a algo más alto que a mí mismo. Y desde hoy procuraré ser feliz por quien soy, trataré de servir a los demás y así alcanzar la felicidad que he ansiado… desde siempre.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tú siempre me encasillas como una persona bien carpe diem a lo estúpido jajaja. Si bien soy una persona que sí toma oportunidades, que desecha los miedos y le gusta vivir al máximo, ¿qué crees? No soy de las que no cree en el arrepentimiento. Estoy de acuerdo con lo que expones en esta entrada, aunque haya sido un arranque de pasión... es bastante cierto exceptuando el hecho de que los errores te pesan en el futuro. Difiero.

No creo que exista un ser humano que no se arrepienta de algo, ya que por menor que sea ese arrepentimiento, vive en todos nosotros de alguna forma. Sin embargo creo que los errores viven menos que los aciertos, los errores al final son solo accesorios a todo aquello que hacemos digno de llamarse bueno, a lo que atesoramos, a lo que amamos, a lo que somos y a lo que podemos aportar a este mundo en esta vida.

Creo que es ahí, querido amigo, donde te equivocas, pues como hace rato comentábamos, todo depende de uno y lo importante no es el error, no es el arrepentimiento, sino lo que uno hace con ellos.

-Know that fate is what we make of it.

P.D: No está de más recordarte lo mucho que te quiero.

Destination dijo...

Hace mucho que no te leía. Y tengo que estar de acuerdo contigo en algo y en desacuerdo en otra cosa (digo, en la diversidad se halla la maravilla de este mundo, ¿no?). Concuerdo en que arrepentirse no es malo, PEEEEERO, sin los errores no seríamos nosotros. Hay que admitir que nos equivocamos cuando lo hacemos, siempre y cuando haya un aprendizaje de esto no???

Y no es eso con lo que no estoy de acuerdo. Jamás me dañaste siendo como eras, como eres y como creo que quieres ser (bueno, esperemos no? jaja). De hecho me ayudasteS muchísimo con muchas cosas en mi vida que tal vez no tenía tan claras... Lo único q no te perdono es q todavía no hayas visto August Rush, pero no es algo que no se solucione jaja.

Escribes padrísimo, ¡sigue así! Nos vemos el siguiente semestre!!!!
Can't wait!

Anónimo dijo...

Hola Rodolfo,
No soy alguien que lea blogs, pero de casualidad me tope con el tuyo. Estaba buscando comentarios bíblicos.
Puede causar mucha admiración tu posición frente al arrepentimiento, pero sigue siendo una posición superficial y es casi seguro que en la intimidad de tu vida cuando estás solo frente a ti (a solas) y puedes mirar lo más profundo de tu ser tu máscara se cae y no puedes evitar pensar que el arrepentimiento es necesario y saludable. Es interesante ver como tratas de mostrar y dar una imagen del hombre fuerte, de aquel que puede luchar consigo mismo. Está comprobado por estudios muy serios que si aprendemos a perdonarnos (perdón que nace del arrepentimiento por haber hecho algo que nos hace daño) la paz interior vendrá a nosotros. Aquella paz que nos da calma y serenidad, las que nos hace ver las cosas sin peturbarnos.
Saludos Rodolfo.
Que la vida te bendiga.