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martes, 16 de enero de 2007

La indiferencia y la incertidumbre

La indiferencia... la odio. La odio con todas mis fuerzas. Es lo peor que puedes recibir por parte de una persona.


La indiferencia mata amores y reaviva enemistades. La indiferencia enfría relaciones. Pero no es una frialdad como tal, porque la frialdad es otro proceder diferente, al igual que el cariño.


Así lo veo yo. Una persona que te trata con frialdad... hay de dos: o le hiciste algo que la ofendiera o está loca y cree que le hiciste algo cuando en realidad no es así. Pero bueno, sabes que hay una razón, y como que medio puedes componer ahí la cosa . Ahora bien, una persona te trata con cariño, con calor humano: ¡qué maravilla! Es de las mejores cosas que te pueden pasar. Has hecho algo bueno, o tu también quieres a esa persona y te es correspondido tu cariño. Ahí también hay una razón, y la gran mayoría de las veces la sabes, la dominas.


Pero en eso entra la indiferencia. ¿Qué fregados pasa con la indiferencia? No se sabe, nunca se sabe. Eso es lo terrible de la indiferencia. No es cariño, pero tampoco es frialdad. ¿La razón? Aquí sí, tanto la puedes saber como no, pero lo que sí... es que nunca es segura. Es más difícil de vencer que a la frialdad. No sabes en que terreno pisas, eso es lo más terrible de todo, no sabes como arreglar las cosas... si tratas de ayudar, puedes ofender; si no haces caso, también ofendes; ¿acaso sabes siquiera lo que le molesta o le pasa a la persona? NOOO, no sabes lo que le pasa a la persona. ¡Es lo terrible! Sobretodo para los que tenemos una naturaleza conciliatoria. ¿Qué hacer? ¿Qué hacer? ¿Qué hacer? You never know...


Y aquí entra la hermana de la indiferencia: la incertidumbre. Mi segundo sentimiento más odiado.


La indiferencia, al no saber en que terreno pisas, provoca incertidumbre... la incertidumbre, a su vez, te provoca angustia. Y creo yo, firmemente, que la angustia es lo peor que le puede pasar a cualquier persona, es lo que más detesta, es lo que desea a toda costa evitar o dejar de padecer. Por eso el hombre a veces puede ser tan egoísta, para tener las situaciones controladas. Para tener su vida sin bemoles. Pero eso es inevitable, y al ser egoísta dañas a las personas que te rodean, y puedes (igual sí, igual no) provocar más indiferencia a tu alrededor. Entonces es un círculo vicioso...


La indiferencia puede ser un arma poderosa. Pero así como sus razones pueden ser desconocidas (cuando te enfrentas a ella), sus consecuencias también. Y en vez de centrar a una persona, o de "picarla," puedes alejarla de tí. Por eso hay que tener cuidado con la indiferencia. Sólo debe de ser usada cuando haya una razón completamente fundada y motivada.
"El menor aprecio es el mayor desprecio..."

7 comentarios:

Jorge L. Rodriguez dijo...

Interesante tu forma de ver la indiferencia, si es horrible eso de la indiferencia, y todavía más si viene de una persona que alguna vez mostró cariño, pués como dice Sabines... "...amo tanto la indiferencia del mundo por mi vida..."
Creo que yo también, lo que no soportaría es indiferencia de alguien a quien le tengo cireto "cariño" o aprecio.

Jorge L. Rodriguez dijo...

Interesante tu forma de ver la indiferencia, si es horrible eso de la indiferencia, y todavía más si viene de una persona que alguna vez mostró cariño, pués como dice Sabines... "...amo tanto la indiferencia del mundo por mi vida..."
Creo que yo también, lo que no soportaría es indiferencia de alguien a quien le tengo cierto "cariño" o aprecio.

Jaime Alberto Tovar dijo...

Yo creo que existen dos clases de indiferencia:
1) La que nos es indiferente
2) La que nos lastima por que se nos ha "domesticado"

Es como la rosa de "El principito" indiferente y presuntuosa que nos ha "domesticado el corazón" por lo cual nos lastima su actitud, es ese deje de nostalgia de "crear lazos" de tener "ritos".

"...- No sois en absoluto parecidas a mi rosa; no sois nada aún -les dijo-. Nadie os ha domesticado y no habéis domesticado a nadie. Sois como mi zorro. No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo lo hice mi amigo y ahora es único en el mundo.Y las rosas se sintieron bastante molestas.

- Sois bellas, pero estáis vacías -les dijo aún-. No se puede morir por vosotras. Sin duda que un transeúnte común creerá que mi rosa se os parece. Pero ella sola es más importante que todas vosotras, puesto que es ella la rosa a quien he regado. Puesto que es ella la rosa a quien puse bajo una campana de cristal. Puesto que es ella la rosa a quien abrigué con un biombo. Puesto que es ella la rosa cuyas orugas maté (salvó dos o tres que se hicieron mariposas). Puesto que es ella la rosa a la que escuché quejarse, o alabarse, o también, algunas veces callarse. Puesto que es mi rosa."

Lo esencial es invisible a los ojos
El tiempo que perdiste por tu rosa es lo que la hace importante
Eres responsable de tu rosa

Jaime Alberto Tovar dijo...

El principito Capítulo 21

Anónimo dijo...

Ya lo diria Freud en alguno de sus tratados, la indiferencia es la agreción mas fuerte que puede hacer un ser humano (el padre del psicoanalisis la comparaba con matar), la indiferencia mata, corrompe, provoca ira, "incertidubre" (como bien mencionas) (la incertidumbre no mata, pero hace agonizar).


¿Quién lo diria? Gandhi premio Nobel de la paz, utilizaba la indiferencia como medio pacífico (de haber sabido esto, seguro los Suecos no le habrian dado el premio, un error mas de la academia).

bibiana dijo...

dicen que lo contrario al amor no es el odio sino la indiferencia y es tan cierto.quise tanto a alguien y hoy me demostro que no fui nada en su vida.con todo el dolor que siento les digo que nunca le den a otra persona el poder de hacerlos sentir poca cosa.

leonardovignau dijo...

la indiferencia nos pone en jake... es como estar en un tablero de ajedrez y no saber que movimiento hacer...