¡¡¡Bienvenidos!!!

Gracias por tomarse la molestia de comentar. Un saludo a todos.

domingo, 21 de enero de 2007

Un Consejo...

Me gusta dar consejos. A la gente le gusta que yo le de consejos. Siempre me piden consejo. Supongo que soy bueno dando consejos. A la gente le funcionan mis consejos. La gente me quiere, también, por mis consejos....Por lo tanto, soy un consejero.

Un consejero ayuda; al ayudar trata de resolver; al resolver da consuelo, el consuelo da ánimos, y los ánimos dan paz...

Soy un consejero, y me gusta serlo, pero... ¿porqué dando yo tanto consejo, cuando pido uno, casi nunca lo recibo? Y no es que sea limosnero con garrote, pero a veces es bonito recibir un consejo. Tampoco estoy pidiendo que por cada consejo que doy me tengan que dar uno (no me gusta ser un consejero soberbio)... aún así: ¡qué bonito es recibir un buen consejo de vez en cuando!

No se desanimen: nunca esperen recibir más de lo que dan, porque así se desvirtúa la labor que hacen al dar. Además, se van a llevar la desilusión de su vida... he ahí la maravilla de dar desinteresadamente: al no esperar nada a cambio, sabiendo que tienes que dar, cada vez das más gustoso.

Pero somos humanos, y como tales también tenemos defectos y necesidades... no somos indestructibles ni todopoderosos. Por eso digo que un buen consejo de vez en cuando no cae nada mal a nuestros imperfectos temperamentos.

Mmmmm. Bueno, soy un consejero, así soy y lo acepto. Y como es mi costumbre de consejero... les daré consejo: si ustedes son consejeros, prepárense, porque muy difícil va a ser que en sus vidas reciban un buen consejo. He ahí mi consejo. (Den sin esperar recibir nada a cambio, sólo así será feliz la entrega... y serán felices ustedes).

3 comentarios:

Jorge L. Rodriguez dijo...

Buén consejo, y te lo agradezco, yo no soy buen consejero, pero a veces, lo único que la gente necesita es que la escuchen, y creo que para eso soy bueno, jaja, soy buen oyente, así que cuando quieras que te escuchen, echame un telefonazo, jajajaja.

Anónimo dijo...

Siempre hay excepciones a la regla ¿no? O bueno, eso creo yo... y si eres tan listo como creo, sé que entendiste esto ;). Te quiero Fofi, y larga vida a los consejeros, alguien necesita deseársela jajaja.

Jaime Alberto Tovar dijo...

El ser consejero reside principalmente en reconocerse como dijo el gran apóstol Pablo como el primero de los pecadores (1 Timoteo 1:15), un «mísero hombre» (Romanos 7:24) y «menos que el más pequeño de los santos» (Efesios 3:8).
El cosejero juzga y da consejo pero no hay mejor consejero que el que se aconseja puesto que juzgarse uno mismo es lo más complicado