Me gusta dar consejos. A la gente le gusta que yo le de consejos. Siempre me piden consejo. Supongo que soy bueno dando consejos. A la gente le funcionan mis consejos. La gente me quiere, también, por mis consejos....Por lo tanto, soy un consejero.
Un consejero ayuda; al ayudar trata de resolver; al resolver da consuelo, el consuelo da ánimos, y los ánimos dan paz...
Soy un consejero, y me gusta serlo, pero... ¿porqué dando yo tanto consejo, cuando pido uno, casi nunca lo recibo? Y no es que sea limosnero con garrote, pero a veces es bonito recibir un consejo. Tampoco estoy pidiendo que por cada consejo que doy me tengan que dar uno (no me gusta ser un consejero soberbio)... aún así: ¡qué bonito es recibir un buen consejo de vez en cuando!
No se desanimen: nunca esperen recibir más de lo que dan, porque así se desvirtúa la labor que hacen al dar. Además, se van a llevar la desilusión de su vida... he ahí la maravilla de dar desinteresadamente: al no esperar nada a cambio, sabiendo que tienes que dar, cada vez das más gustoso.
Pero somos humanos, y como tales también tenemos defectos y necesidades... no somos indestructibles ni todopoderosos. Por eso digo que un buen consejo de vez en cuando no cae nada mal a nuestros imperfectos temperamentos.
Mmmmm. Bueno, soy un consejero, así soy y lo acepto. Y como es mi costumbre de consejero... les daré consejo: si ustedes son consejeros, prepárense, porque muy difícil va a ser que en sus vidas reciban un buen consejo. He ahí mi consejo. (Den sin esperar recibir nada a cambio, sólo así será feliz la entrega... y serán felices ustedes).
¡¡¡Bienvenidos!!!
Gracias por tomarse la molestia de comentar. Un saludo a todos.
domingo, 21 de enero de 2007
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3 comentarios:
Buén consejo, y te lo agradezco, yo no soy buen consejero, pero a veces, lo único que la gente necesita es que la escuchen, y creo que para eso soy bueno, jaja, soy buen oyente, así que cuando quieras que te escuchen, echame un telefonazo, jajajaja.
Siempre hay excepciones a la regla ¿no? O bueno, eso creo yo... y si eres tan listo como creo, sé que entendiste esto ;). Te quiero Fofi, y larga vida a los consejeros, alguien necesita deseársela jajaja.
El ser consejero reside principalmente en reconocerse como dijo el gran apóstol Pablo como el primero de los pecadores (1 Timoteo 1:15), un «mísero hombre» (Romanos 7:24) y «menos que el más pequeño de los santos» (Efesios 3:8).
El cosejero juzga y da consejo pero no hay mejor consejero que el que se aconseja puesto que juzgarse uno mismo es lo más complicado
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